Sobre el último partido del Real Madrid contra el Atlético de Madrid, ya avancé en mi último artículo algunos aspectos tácticos que no me parecían acertados para el nivel que se presupone a estos prestigiosos entrenadores. Ahora, voy a ampliar mis criterios no sólo a un partido, sino a la impresión general que tengo de estos técnicos.
Sobre Carlo Ancelotti
En mi artículo anterior, ya expuse los temas que me llamaban la atención y que no me parecían adecuados como estos:
- La alineación de un sólo delantero. En los últimos partidos ha puesto dos.
- Confección de una defensa sin envergadura, lo ha solucionado con la inclusión de Tchouameni.
- No dar oportunidades a ningún jugador de la cantera.
Voy a insistir sobre este último punto, que considero esencial en la política de todos los grandes clubs. No estoy en absoluto de acuerdo, con su acción de menosprecio a los jugadores españoles en general, transmitiendo la sensación de que no tienen la calidad necesaria para jugar en el Madrid.
Cuando tiene a toda la plantilla a su disposición, sólo alinea a Carvajal en su once inicial, y esa decisión no me parece justa y es muy discriminatoria contra los jugadores españoles. Después, cuando se le ponen las cosas difíciles en los partidos, saca a los suplentes españoles, que le solucionan y arreglan el resultado, y además terminan siendo siempre de los más destacados de todo el equipo, como son: Lucas Vázquez, Nacho, Brahim, Joselu, Fran García y Ceballos.
De toda la plantilla madridista, los únicos que considero que están un poco por encima de la calidad técnica de los jugadores españoles son: Courtois, Kroos, Modric, Bellingham y Vinicius. Todos los demás son perfectamente cambiables por jugadores españoles que, en muchos casos, son mejores que los que pone en sus alineaciones.
No entiendo esa manía contra los españoles. En cualquier otro gran club europeo no le consentirían esas decisiones. No creo que sea por su etapa como jugador del Milán de Arrigo Sacchi, donde él era el hombre duro del centro del campo, con muy buena técnica y con un espectacular disparo. Tengo grabado en mi memoria un gol que marcó al Madrid desde el centro del campo, en la Copa de Europa. El balón entró como un obús en la portería blanca. Ganó el Milán por 5 a 0. Era lo normal, el Milán arrasaba a sus rivales, con el mejor equipo de su historia. Él compartía la zona central con los Gullit, Reikjard y Donadoni, delante tenían a Van Basten y atrás a Baresi y Maldini, para mí los mejores del equipo. Todos extraordinarios. Sacchi formó un bloque muy sólido y compenetrado, hacían el fuera de juego muy adelantado, de forma perfecta, y una presión total al rival, arrinconándoles en una franja de unos 30 metros.
Y es, sin duda, esa imagen de equipo compacto, donde todos atacaban desde la defensa en oleadas continuas, el sello que Ancelotti quiere poner en todos sus equipos. No hay que olvidar que ese maravilloso equipo jugaba con ocho italianos y tres extranjeros. Ahora se permiten más, pero no creo haya que llenar los equipos de jugadores foráneos.
El fútbol es todo sentimiento y pasión y no es bueno que en los equipos no jueguen, apenas, los jugadores nacionales. Lo normal sería en los grandes clubs tener cuatro o cinco figuras mundiales y el resto del país. Creo recordar que en Italia los clubs tienen un acuerdo tácito de alinear siempre, al menos, seis italianos en sus equipos.
Tengo claro que con Ancelotti no habrían salido adelante figuras míticas de la cantera madridista, como Butragueño, Michel, Martín Vázquez, Sanchis, o en épocas más recientes, Raúl, Guti, Casillas, etc.
Otra circunstancia táctica que no comparto, es la no utilización correcta de toda su plantilla de jugadores. Tiene 25 jugadores disponibles y apenas cuenta de forma habitual con unos 15 y deja de lado de forma sistemática a otros 10. No me refiero sólo a las sustituciones de final de los partidos, de 10 o 15 minutos, sobre todo, a las alineaciones iniciales. Los jugadores que llegan a equipos como el Madrid, el Barcelona, o el Atlético son todos de una calidad extraordinaria, y no es bueno tenerlos en un ostracismo casi total. Así no estarán en forma cuando se les necesite, por lesiones o sanciones de los titulares. El perjuicio mayor es para el equipo, puesto que los mejores jugadores llegarán agotados física y mentalmente a la fase crucial de la temporada, cuando se jueguen de verdad los títulos.
Esta situación por desgracia no se da sólo en Ancelotti y Simeone, sino también en la mayoría de entrenadores como Guardiola y otros muchos. Luego son los primeros en quejarse de que el calendario de partidos es demasiado extenso, y otras excusas, cuando se les lesionan jugadores o tienen malos resultados.
No me quiero extender más en mis comentarios, tengo claro que es un entrenador con mucha suerte. Ayer mismo, los dos mejores jugadores del Madrid fueron Lunin y Brahim. A los dos los quiso echar Ancelotti en la pretemporada.
A pesar de lo expuesto, creo que es un gran entrenador, con un palmarés de equipos y títulos impresionantes en su haber, y es un hombre en general muy amable y educado, que procura tratar a todo el mundo de forma cordial. Es de agradecer.
Sobre Diego Simeone
El principal problema que observo en el entrenador argentino es que intenta cambiar su sistema habitual de juego en el Atlético y pasar de su clásico estilo defensivo, muy agresivo y con rápidos contra ataques, a otra forma de jugar más elaborada, con más control del juego y con más dominio del balón.
Y cambiar de sistema e incluso de la filosofía que lleva implícita jugar de esa forma, no es fácil y requiere un plazo de tiempo que los grandes clubs no tienen para ir introduciendo, poco a poco, la nueva forma de juego que desea implantar.
El Atlético de Madrid de ahora no es el mismo de cuando él se hizo cargo del equipo hace trece años. Siempre ha sido un equipo grande, que disputaba e incluso ganaba algunos campeonatos a los rivales más fuertes, como el Madrid y el Barcelona.
Como ejemplo se pueden poner las dos Copas del Rey que ganó en la final al mejor Madrid de la historia, con Di-Stéfano, Puskas y Gento, en los años 1960 y 1961. Es el tercer mejor equipo español de la historia en España, como acreditan sus 26 títulos nacionales y 11 internacionales, pero al mismo tiempo entraba en período de crisis cada cierto tiempo. No tenía la continuidad de éxitos de sus dos grandes rivales y eso le creaba una especie de complejo, que le impedía desarrollarse.
Simeone se hizo cargo del equipo en una de esas crisis, y lo hizo reaccionar y competir con más efectividad. En ese aspecto es justo reconocer su labor esencial.
La situación del club ahora no es la misma y debe de hacer los cambios necesarios para asentarse de manera definitiva en esa grandeza que le corresponde consolidar, tanto a nivel deportivo como social, de imagen, comercialización, etc.
Cuenta con todo a su favor para conseguirlo. Primero, con una afición inquebrantable que le apoya con una pasión ilimitada. También, con una plantilla que puede competir contra los mejores equipos y con un estadio moderno, al más alto nivel en todos los aspectos, que le permitirá un aumento muy considerable de sus ingresos.
Centrándome más en el área deportiva, creo que Simeone no ha encontrado todavía el camino adecuado que le permita dotar al equipo de un sistema de juego que le asegure competir con más éxito contra los clubs del máximo nivel.
El sistema de jugar con cinco defensas no es el más adecuado para un equipo grande, de hecho, no hay -que yo conozca- ningún club de élite que lo emplee. Hace unos días el Bayern de Múnich lo aplicó en su partido con el B. Leverkusen, y tuvo un resultado desastroso.
Ya expuse con detalle en mi anterior comentario los problemas que tiene este sistema, si no se tienen unos jugadores con unas características muy especiales para poder desarrollarlo.
Estoy seguro de que, con el tiempo, Simeone encontrará el sistema adecuado para su equipo y pasará por confeccionar la plantilla adecuada para su sistema de juego elegido.
El Atlético de Madrid ficha todos los años a muchos jugadores de nivel medio que en un año o dos ya no están en el equipo. Considero que es mucho mejor -y más económico- buscar a uno o dos jugadores de primerísima categoría mundial y, aunque sean muy caros, su rendimiento, sin duda, merecerá el esfuerzo realizado. Así, en un par de años, completará un extraordinario equipo que optará con más garantías a ganar los títulos que dispute.
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